Hasta el 24 de junio continuará abierta la exposición el el CFCE (Santo Domingo)
Entrada libre.
Un libro sin portada es menos seductor que un libro fotocopiado. Está incompleto. Es otra cosa. Es un objeto mutilado. Música e imagen están estrechamente ligados en la cultura pop. Los discos se escuchan, y esa es su cualidad principal. Pero el disfrute se potencia cuando se miran y se tocan. Al contrario del arte que se exhibe en museos y galerías, el diseño de portadas tiene el atributo especial que lo hace estar en relación intima con el hecho artístico.
La iconografía del rock latinoamericano corre en paralelo a las grandes corrientes de diseño gráfico y al arte de las portadas anglosajón: las mil y una formas de fotografiar una banda de rock y ponerla en una tapa, la relación entre la sicodelia y el recurso de la ilustración, temas habituales como los coches, o los corazones o los paisajes urbanos; o bien tendencias más actuales como la búsqueda constante de una fuerte originalidad objetual.
Esta exposición - ideada y coordinada por la factoría Zona de obras responsable de las portadas de Andrés Calamaro y de una larga lista de artistas iberoamericanos- es un homenaje al disco, as u condición de ser escuchado, mirado... y tocado. Propone un recorrido visual por el diseño gráfico latinoamericano a través de las portadas de más de 450 álbumes de rock, históricos y contemporáneos. Música para mirar, plena de colores y sugerentes sorpresas que demuestran que el diseño gráfico goza de excelente salud en la región. Música visual compuesta por generaciones de diseñadores, fotógrafos e ilustradores que también son arte y parte del rock en nuestro idioma.
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