14 junio 2011

Quiebracanto en la Fête de la música.

16, 17 y 18 de junio Documental: Buena Vista Social Club de Win Wenders
El Buena Vista Social Club no sólo es un grupo de música cubana: se ha convertido en un mito musical gracias, en parte, al documental del gran director alemán Wim Wenders. 


Buena Vista Social Club fue resultado de un proyecto del productor Nick Golde, quien quería juntar en Cuba a músicos de la isla con músicos africanos para hacer una grabación supervisada por Ry Cooder. Por problemas de visado los africanos no llegaron, así que Cooder tomó el toro por los cuernos y recurrió a Juan de Marcos. 

Éste congregó a varios músicos, algunos sugeridos por Cooder, otros por él mismo y otros enviados por la Divina Providencia. Por ejemplo, Omara Portuondo justamente estaba grabando en el mismo estudio cuando comenzaron las sesiones de Buena Vista Social Club lo que posibilitó su invitación a hacer un bolero, uno de los momentos culminantes del proyecto.

Buena Vista Social Club se volvió un éxito mundial y devolvió la vida a muchos de estos músicos que vivían en el retiro. Amén de la música maravillosa que interpretaron, su presencia en el Carnegie Hall fue muy celebrada porque —no sin ciertos problemas— un grupo de cubanos lograba superar las barreras políticas para hacer su música arte en un foro emblemático de la cultura mundial.

Buena Vista es el triunfo de la voluntad humana y eso es lo que registró Wim Wenders en el Carnegie Hall y en la isla. Por eso decidió seguir sus pasos y hacer un documental y no una película de argumento, celebrar con ellos un acto de creación que superaba las barreras de la edad.

Durante muchos años la música que se grabó en 1998 en el Carnegie Hall estaba disponible exclusivamente en los fragmentos que capturó Wenders en su documental. 

Con motivo de la aparición de Buena Vista Social Club en el Carnegie Hall Win Wenders aceptó realizar una entrevista a Xavier Quirarte. Algunos extractos de ésta.  

Cómo te atrapó Buena Vista Social Club?
Lo que se me vino a la mente cuando escuché el álbum por primera vez, cuando no tenía idea quiénes eran esas personas, fue una sensación de ligereza, de alegría verdadera y de abandono despreocupado. Y también se percibía un profundo sentido de experiencia y honestidad, como en ninguna otra música que conociera.

Hiciste este documental porque te encantó la música, pero ¿también querías compartir este entusiasmo con tu público?
La música me encantó cuando Ry la tocó para mí por primera vez, mucho antes de que se editara. Y hacer que esta música alcanzara el mayor número de gente posible fue el único objetivo de este filme. Pero cuando planeamos el rodaje nadie podría haber predicho el éxito del filme. Los documentales de música estaban fuera de moda, ninguna película de este tipo había tenido éxito por lo menos en una década. Prácticamente los documentales ya no estaban en los cines. Buena Vista Social Club cambiaría todo eso, contra todos los pronósticos. Pero ¿estos superabuelos lo merecían? 
¡Nadie frente a mi cámara, en cuarenta años de carrera, lo mereció tanto!

¿Cómo fue trabajar con este grupo de ancianos que actuaban como si fueran más jóvenes, incluso niños; con estos músicos que —algunos de ellos— habían sido descartados incluso de la vida, ahora convertidos en superestrellas? 
Mientras filmábamos, tras el “documental de música simple” apareció una historia más grande. De hecho éramos testigos de una especie de sorprendente cuento de hadas que sucedía frente a nuestros ojos. Fuimos totalmente afortunados de estar allí en el tiempo preciso, en el lugar preciso. El llegar a la fama mundial de estos músicos alguna vez arruinados era una historia profundamente conmovedora. Tienes razón cuando dices que actuaban como si fueran más jóvenes, ¡caray! Siempre que una de nuestras cámaras estaba filmando se daban cuenta, pero sin empezar a fingir o a producirse a sí mismos, simplemente continuaban haciendo lo que estaban haciendo, con un ligero incremento de energía.

¿Cuál es tu momento más memorable de esta cinta?
Fue muy conmovedor ver a Ry durante el concierto del Carnegie Hall. Fue esencial para el proyecto: sin él nada hubiera ocurrido, ni el CD ni la película, y sin embargo trataba de esconderse en el escenario para dejar el centro a los ancianos. Y no sólo fue el productor de esta música fabulosa: si quitas su guitarra del álbum todo suena mucho más plano, la magia desaparece.

¿Qué tan importante es hacer documentales sobre músicos “verdaderos” en tiempos en que se hacen superproducciones sobre las estrellas del momento?
Tienes razón, no es como aquellas producciones, nuestra historia fue VERDADERA. Siempre me río cuando veo una frase debajo del título de una película: “Basada en una historia verdadera”. Usualmente eso es oxímoron, no en nuestro caso. Ése es el motivo principal de Buena Vista Social Club. Y, por supuesto, Cuba había estado fuera de la agenda del mundo mucho tiempo, ¡merecía esta atención!

No hay comentarios:

Publicar un comentario